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Nuestra biología nos empodera

Empoderar es una palabra PODEROSA. La Real Academia Española define empoderar como:


Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido.

Dar a alguien autoridad, influencia o conocimiento para hacer algo.


Hoy se habla mucho del empoderamiento de la mujer en términos profesionales. Aún falta mucha representación femenina en muchos sectores, pero poco a poco esto sigue cambiando. Al mismo tiempo, nosotras nos hemos empoderado unas a las otras durante toda nuestra existencia. Aún en épocas en las que la mujer era considerada menos que un animal, utilizamos el acompañamiento y descubrimiento de nuestra propia biología para apoyarnos y empoderarnos. Menstruar, parir y lactar o alimentar son particularidades del cuerpo femenino y por consiguiente temas censurables que nos empoderaron y nos empoderarán siempre.



Menstruar:


Desde tiempos milenarios los procesos biológicos de la mujer han sido tabú. Menstruar se llegó a considerar algo antihigiénico. Hoy en la mayor parte de la población esto ha quedado atrás, sin embargo, aún podemos escuchar términos religiosos que se refieren a la mujer menstruante como inmunda. La lucha no ha acabado, pero vamos en buena dirección.


Menstruar es un proceso biológico que la mayor parte de las féminas experimenta cada 28-45 días por gran parte de su vida. La sabiduría de cómo lidiar con este fenómeno biológico la hemos transmitido de generación en generación. Siempre hay alguna que sabe la receta perfecta de un té que alivie los cólicos. Otra conoce todos los fármacos habidos y por haber para calmar el dolor. Siempre hay alguien que conoce el mejor ginecólogo o ginecóloga que puede ayudarnos con el dolor intenso. Muchas tienen, quistes, endometriosis, miomas etc. y nos comparten sus experiencias. Tenemos mucha información que compartimos y así EMPODERAMOS a las otras. El camino por recorrer ahora se trata de poder empoderar a los seres humanos que no menstrúan. Cuando todos y todas nos educamos es cuando realmente nos empoderamos.


Parir:


Algunas de nosotras parimos por parto natural y otras por parto por cesárea. Unas somos fértiles y otras no, algunas deciden ser madres y otras no, pero de lo que sí sabemos todas es que el parto es un proceso físico y espiritual mediante el cual todas conectamos de una manera u otra. Nuestra biología nos empodera, como bien dice su definición nos hace poderosas, fuertes como grupo desfavorecido. Nos da autoridad, influencia y conocimiento para hacerlo. ¡En otras palabras, We got this!



Cada historia de parto es distinta, pero todas coinciden en que NO ES FÁCIL. No importa qué tipo de parto se tenga, la ilusión que ofrece la maternidad viene acompañada de miedo. Miedo físico, emocional y espiritual. Durante siglos hemos sido nosotras quienes hemos acompañado a nuestras hermanas a enfrentar esos miedos. Cada día existe más evidencia que indica que mientras más empoderada se siente una mujer, mejor recordará su experiencia del parto y mejor parto tendrá. Aquí también es importante mencionar el trabajo de las doulas.


Las doulas han existido por siempre y ellas, entre sus muchas otras descripciones, ofrecen apoyo físico y emocional a las mujeres y familias que están esperando un bebé.


Camila Reus describe su experiencia con los servicios de una doula como:


_ Una experiencia maravillosa, definitivamente sin la doula no hubiese sido lo mismo, no tan solo en el parto sino en el pre y post parto. Me compartió información para leer y educarme. Información sobre lo que es ser mamá y como yo ocuparme de mí, darme amor propio y descanso para conectar con la idea de la maternidad en el proceso del embarazo. Fue excelente, un apoyo incondicional.


En el 1993 una adolescente de 14 años se encontraba en un hospital en labor de parto. El ginecólogo de turno dijo que se haría una cesárea ya que la joven solo tenía 14 años y no lograría parir sola. Todo esto cambió, cuando una tía de la menor entró a acompañar la joven en la sala de parto. La tía dijo NO, ella puede y ella pudo. Tal vez esa tía no estaba certificada como doula, partera, enfermera etc. lo que sí la certificó fue la capacidad de EMPODERAR a la joven que estaba pariendo. ¡Somos poderosas!


✓ Retirar el miedo es empoderar.

✓ Brindar confianza es empoderar.

✓ Acompañar es empoderar.


Lactar y alimentar:


Al convertirnos en madres biológicas o no biológicas tenemos la necesidad de alimentar. Ya sea mediante la lactancia o no nuestra biología nos impulsa a hacerlo. El cuerpo identifica la necesidad de alimentar a ese otro ser vivo. Es aquí donde nuestra tribu femenina se activa. Este proceso se da en el postparto y hay algo que es necesario aclarar. Tener la responsabilidad de cuidar a otro ser humano son procesos igual de estresantes para las madres que parieron y las que adoptaron.



No solo la nueva madre tiene la necesidad de alimentar a su criatura, sino que todas las féminas a su alrededor sienten la necesidad de alimentar a esa nueva madre. No falta la amiga, prima, mamá, abuela o conocida que llegue con un plato de comida para esa nueva madre. La solidaridad nos mueve.


Menstruar, parir, criar, lactar y alimentar son procesos sociales y biológicos que nos unen. Creamos una comunidad alrededor de cada uno de esos acontecimientos.


Nuestra tribu nos motiva, nos informa, nos da autonomía, respeto, amor y compañía. Somos unas con las otras. Somos poderosas.


Un abrazo

Yamaris Maldonado Pérez

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